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Tratando con “REVENTADORES”


“Reventadores”, con este término es como según la RAE se denomina a “Persona que asiste a espectáculos o reuniones públicas de diversa naturaleza, dispuesta premeditadamente, por diferentes motivos, a mostrar de modo ruidoso su desagrado o a provocar el fracaso de dichas reuniones». Se dedican básicamente a mostrar desagrado hacia alguien o con las ideas u opiniones que alguien está exponiendo, de una forma tosca, burda, ofensiva, hiriente y carente de argumentos, buscando “dar la nota” o “montar un numerito”. Todos conocemos la existencia de estos “personajes” y muchos habremos visto o incluso sufrido a un reventador alguna que otra vez.


A nadie le gusta sufrir este tipo de aparatosas interrupciones, sin embargo, Robert Kienzle*, uno de los mejores oradores del mundo, ha conseguido darle la vuelta a esta situación y hacer del “reventador” algo positivo. Esto hace que ponencia o charla monologuística se transforme en un “show” en el que el “reventador” expresa ideas que la genta ha podido ir gestando en su cabeza y darles salida. Hacen las charlas más dinámicas, entretenidas y divertidas y las transforman en una conversación bidireccional en el que se van resolviendo dudas y preguntas mientras el ponente sigue con su presentación. Siempre y cuando no se salga del contexto y se transforme en una situación tensa que pueda degenerar en violencia tanto para el reventador que podría verse acorralado por los demás oyentes, como para el orador que podría ver destruido su trabajo.


Ante la situación de que en un discurso o presentación nos encontremos con un “reventador” tenemos tres opciones principales:

  • Ignorarlo: “A palabras necias oídos sordos” muchas veces ignorar o “hacer el vacío” a alguien es la mejor forma de acabar con sus intenciones.

  • Responder de forma contundente/agresiva: si la falta del “reventador” es muy grave, inapropiada, impertinente o toca alguna fibra sensible del emisor, siempre se puede optar por mandarle callar, pedir que le expulsen de la sala, responder de una forma ofensiva/agresiva o amedrentar al acosador. Esto puede generar una mala imagen en los oyentes e incluso incitar a más “reventadores” a participar.

  • Responder de una forma profesional en clave humorística: la mejor forma de contestar es siendo profesional y solucionando dudas o preguntas, y a poder ser agregándole un toque de humor. Eso calará en la gente que nos esté escuchando reforzando su afectividad hacia nosotros, y ridiculizará al “reventador” dejándole sin ganas de seguir molestando debido a la humillación pública sufrida, los denominados “zascas”.

Grandes políticos y profesionales han sufrido del acoso de este tipo de personas a lo largo de sus vidas, y han salido victoriosos frente a sus interrupciones, he aquí algunos ejemplos de cómo enfrentarse a un “reventador”.


Reventador: (interrumpiendo un pasaje de un discurso de Wilson acerca de los planes de gasto de trabajo) —¿Qué hay de Vietnam?


Wilson: —El gobierno no tiene planes de aumentar el gasto público en Vietnam.


Reventador: —¡Basura!


Wilson: —En un minuto hablaré también de este tema que le interesa, señor.


En un mitin durante las Elecciones Generales de Reino Unido, Nancy Astor fue interrumpida de esta manera:


Reventador: ¿Cuántos dedos tiene un cerdo?


Nancy Astor: (sin perder la compostura) —Quítese los zapatos y cuéntelos.


En una época en que no era infrecuente que se arrojaran frutas y verduras podridas a los oradores, el Primer Ministro de Australia Ben Chifley una vez exhortó a su audiencia que le prestara sus oídos, parafraseando a Marco Antonio. Inmediatamente, una gran col aterrizó en el escenario. Chifley respondió: dije sus oídos, señor, no su cabeza.


En 1992, el entonces candidato presidencial Bill Clinton fue interrumpido por Bob Rafsky, un miembro del grupo activista contra el SIDA ACT UP, que lo acusó de «morir de ambición por ser presidente» durante una manifestación. Tras vérsele visiblemente agitado, Clinton tomó el micrófono del caballete, señaló a la persona que le interrumpió y le respondió directamente diciendo —Yo le he tratado a usted y a todas las demás personas que han interrumpido mis mítines con muchísimo más respeto con el que usted me ha tratado. ¡Y ya es hora de empezar a pensar en eso!— Entonces Clinton fue recibido con aplausos.


*Robert "Bob" Kienzle es el Consultor Senior de Knowmium (1221 Consulting Limited) y el Director de The Giving Speech, una organización sin ánimo de lucro.


Robert tiene más de 14 años de experiencia en capacitación empresarial y educativa en Asia, África y América del Norte. Ha trabajado con empresas globales, agencias gubernamentales y organizaciones sin ánimo de lucro, diseñando y llevando a cabo programas de comunicación para la gerencia de nivel medio y superior, así como para muchos otros tipos de personal.



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