Crónica de la Jornada del 2 de octubre de 2018. “El navío que cambió el destino del mundo, el Goeben
El pasado martes 2 de octubre, El Comité de Tecnologías de la Defensa del Instituto de la Ingeniería de España organizó una jornada sobre el “Goeben” el navío que cambió el mundo.
Ricardo Torrón Duran. Vicepresidente del Comité de Tecnologías para la Defensa del IIE y miembro numerario de la Real Academia de Ingeniería (RAI).Nos presentó a Ildefonso Arenas Romero, Consultor y escritor del libro “El Buque del Diablo”, quien fue nuestro principal ponente.
Para ponernos en situación comenzó hablando sobre el Imperio Otomano, que acababa de salir de tres guerras, una contra Italia y dos consecutivas contra la Liga Balcánica (Bulgaria, Grecia, Montenegro y Serbia), perdiendo gran parte del territorio y de ániefectivos altamente cualificados, y dejándolo al borde de la quiebra económica. Lo último que necesitaba era meterse en una guerra contra súper potencias como Rusia, Inglaterra y Francia, pero aun así lo hicieron, en lo que sería uno de los conflictos bélicos más sanguinarios de la historia “La Gran Guerra” o Primera Guerra Mundial.
Tras las guerras acaecidas, había un total caos y desorden en las filas de la marina, llegando a haber 8.000 y 10.000 soldados, muchos para mandar y pocos para obedecer, no así el ejército que sí estaba bien organizado y estructurado. El Imperio, donde la mayoría de la población era turca, creó un nuevo partido ultranacionalista a raíz del malestar de la sociedad, la CUP, dirigido por tres “jóvenes turcos”, Diemal Pasa, Enver Pasa y Talaat Pasa , no es que fueran hermanos, sino que “Pasa” es un cargo militar equivalente a “Excelentísimo”. De todos ellos Enver fue el más relevante, ya que fue él quien estableció muy buenas relaciones con los alemanes, con los que firmó la alianza. A partir de 1912 Alemania se introdujo en el mediterráneo, debido a la tensión que se vivía en los Balcanes, mediante la “Mittelmeer Division” formada por el crucero de batalla Goeben y el crucero ligero Breslau, pequeños pero de gran resistencia y velocidad y potencia de fuego bastante aceptable, hasta 1914 su única función fue “mostrar la bandera”. A sabiendas del conflicto inminente que se aproximaba, pusieron al frente del Goeben al contralmirante Wilhelm Souchon, un auténtico guerrero.
El 28 de junio de 1914 ocurre el atentado terrorista en el que los nacionalistas serbios acaban con la vida del príncipe HH Franz Ferdinand, lo que desata el estallido de la Primera Guerra Mundial. Inmediatamente después, el Goeben parte rumbo a Trieste y Brindisi. Debido a la inexactitud y contraindicaciones de las órdenes recibidas de Berlín, Souchon decide que lo que va a hacer es causar el mayor daño posible al enemigo francés en Argelia mediante bombardeos a puertos estratégicos, y regresar a Constantinopla para convencer a los “jóvenes turcos” de que apoyen a Alemania en la guerra, debido a la serie de acuerdos y tratados que mantenía la Tripe Entente (Rusia, Inglaterra y Francia). Las buenas relaciones con Alemania junto con el embargo de dos navíos por parte de Inglaterra al Imperio Otomano, fueron clave a la hora de que Enver Pasa tomara parte.
En su huida hacia Constantinopla, se cruza con dos navíos de guerra británicos, HMS Indefatigable y HMS Indomitable ambos inician su persecución del Goeben y del Breslau, pero la superioridad técnica de los navíos alemanes y la preparación del barco por parte de su comandante, Souchon, propicia que en pocas horas dejen atrás a sus perseguidores.
Sin embargo, tras repostar en Messina, otro navío inglés parte tras el Goeben, el HMS Gloucester, a quien Souchon consigue engañar haciendo creer que va hacia el mar Adriático, a Pola, y cambiando su rumbo 90º grados, virando hacia el estrecho de Matapan, donde abandona la persecución debido a la superioridad del Goeben. Esta estrategia demuestra claramente la preparación y mentalidad con la que Souchon se había estado preparando para el conflicto armado, mientras que el resto de oficiales de los demás ejércitos no lo “habían visto venir”.
Al llegar a Constantinopla los tres Pasas quedan impresionados por las acciones de Souchon y la tecnología de sus buques, por lo que deciden comprarlos, debido al embargo que había realizado Churchill a los barcos que habían encargado a Inglaterra, y los renombran como Yavuz Sultân Selim y Midilli y a Souchon se le proclama almirante jefe de la Armada Otomana, con ello lo que este guerrero consigue es aumentar las relaciones militares con Alemania mediante el envío de armamento, soldados y equipamiento recuperando así el Imperio Otomano parte de sus fuerzas mermadas y “engañándolo” para que tome parte en la Gran guerra apoyando a la Alianza.
Souchon bombardea Sebastopol, Feodosia, Odessa y Novorosíisk, lo hace por su cuenta, tras desobedecer a Enver Paşa cuando éste, horas antes del ataque, le manda desistir y retirarse, Souchon fuerza así al Imperio Otomano a embarcarse en una guerra para la que no está preparado. Cuatro años después el Imperio Otomano se vería obligado a firmar un acuerdo de paz que supondría su desaparición.
Los actos de guerra realizados por Souchon a bordo del Goeben favorecieron la confrontación de súper potencias mundiales en el segundo conflicto bélico más importante de la humanidad, y más importante por aquellos tiempos. Asombra que un solo almirante con su carácter beligerante, su ingenio y dos buques pudieran generar tanto caos y desatar tan terribles consecuencias, de ahí que al Goeben se lo conociera como ‘The Devil’ Ship’, ‘Das Teuffelschiff’…
‘El buque del diablo’
Puedes disfrutar la jornada aquí