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22/10/2018. Gestionando el valor de la empresa



El pasado 22 de octubre el Comité de Gestión Empresarial del Instituto de la Ingeniería de España, organizó la jornada “Gestionando el valor de la empresa”. En la gestión de cualquier empresa no sólo es necesario conocer de forma actualizada el valor del inmovilizado de la actividad industrial o comercial que se está desarrollando, sino también el valor de la propia empresa, por ello es necesario profesionales especializados en esta actividad, para conocer el valor real que tiene una empresa. Tres fueron los ponentes que llevaron a cabo esta jornada, José Manuel Castellanos. Presidente de Valoración de empresas del Instituto Español del Análisis Financiero (IEAF). Alfredo Soriano Fraguas, Capital Markets, Sociedad de valores. Juan Fernández Aceytuno, Consejero Delegado de Sociedad de Tasación.


Comenzó la jornada el Sr. Fernández, quien nos habló, desde su propia experiencia, de que las empresas son las personas que están en ellas, tienen una herencia y un peso importantísimo dentro de estas. El directivo de una empresa tiene que diferenciar entre su hardware (lo que hace) y su software (quién lo hace), por lo que no debe intentar asumir competencias que bien o no son suyas, o no puede asumir por el equipo que tiene, si un director no conoce sus propias capacidades, dicha empresa estará abocada al fracaso. Si en las directivas de las empresas, los directivos son socialmente responsables individualmente, la responsabilidad social corporativa de dicha empresa será instantánea, mientras que, si los directivos son irresponsables, muy probablemente la empresa entrará en negocios de dudosa moralidad o directamente ilegales.


Continuó la jornada el Sr. Castellanos, que explicó en qué consiste la valoración de empresas, quien las valora, cómo lo hace, etc. En España el encargado de realizar dichas acciones es el Instituto Español de Analistas Financieros (IEAF), con la valoración de las empresas se pretende establecer el valor real de una empresa, diferenciándola de su precio, ya que en este caso no es correlativo, el valor real de una empresa puede no coincidir con el precio de esta. Uno de los principales obstáculos a la hora de valorar una empresa es el cambio de valor de una empresa, ya que el precio de la misma fluctúa con el tiempo. Otro punto es la diferencia de criterios a la hora de valorar una empresa, de ahí que exista la bolsa, el mercado de acciones y valores, si todo el mundo valorara una empresa igual, nadie compraría y nadie vendería. En palabras del señor Castellanos: “El valor de la empresa más que un precio es un terreno de juego para la negociación”, donde ambas partes determinan el precio.


Para saber en cuánto vale una empresa debemos basarnos en:

  • Una primera aproximación en la que se fundamenta su valor, a pesar de la diferencia que pueda generar uno u otro valor (el valor de Nadal o el de Belén Esteban).

  • Lo que es y lo que podrá llegar a ser, como Microsoft o Apple, que de “la nada” han dominado el mundo.

  • La moda, la sensación del momento, “estar a la última”.

La combinación de estos conceptos establece el valor de la empresa, lo que es la empresa, se puede medir mediante la contabilidad, para saber lo que podrá llegar a ser dependerá de varios factores como el entorno macroeconómico, situación del sector, posicionamiento frente a la competencia y la posición estratégica y financiera. La moda se obtiene mediante la “copia” del resto de empresas del sector ajustándola a tu propia empresa (como las renovables, Facebook…).


Finalizó la jornada el Sr. Soriano, quien nos hablo desde su propia experiencia profesional sobre la valoración de la empresa, pero desde un punto de vista externo. Después de la crisis acaecida durante años, la gente está temerosa de dónde depositar o invertir su dinero, para que le genere beneficios pero con el mínimo riesgo, fondos de inversiones, rentabilidad fija, letras del tesoro… lo que quiere decir es que un negocio vale algo simplemente por el hecho de existir, la aparición de una empresa en un momento determinado y que pueda ofrecer una rentabilidad a un riesgo moderado es muy atractivo para los inversores, un ejemplo claro son los bancos con las PYMEs, donde encuentran rentabilidades que no conseguirían con las grandes empresas. En España poco a poco pero cada vez más, ya no son los bancos los que ofrecen estos créditos para invertir, sino los inversores institucionales.


Para realizar este tipo de inversiones en empresas, es muy importantes estructurar y gestionar en dónde quieres invertir, y dónde podrás sacar un mayor beneficio distinguiendo los distintos componentes de la empresa, ya sean el local, las máquinas, la materia prima, los bienes, etc. Así los inversores institucionales están dispuestos a obtener un mayor porcentaje de beneficios a cambio de asumir un mayor riesgo y es ahí donde entra en juego la capacidad e iniciativa de cada uno, ya que existe una necesidad real de buscar situaciones para invertir. Si a la creación de valor de una empresa desde su aspecto externo lo combinamos con la óptica del inversor, que por el hecho de existir la empresa ya es un incentivo de inversión, tenemos los ingredientes para realizar una inversión exitosa siempre y cuando estemos dispuestos a arriesgarnos.


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